El mildiu amenaza la campaña vitivinícola 2025: causas, consecuencias y estrategias de control.
Como ya os hemos indicado en la página específica para el mildiu (Plasmopara viticola) en vid, esta enfermedad fúngica tiene la capacidad no sólo de desarrollarse y provocar daños sobre la producción, sino que también puede afectar a los pámpanos, a las yemas y con ello a la producción de las siguientes campañas. !Mucho cuidado!
En esta noticia que os adjuntamos resumimos la situación de esta campaña 2025 haciendo hincapié en la D.O. Ribera del Duero, junto con los diversos conceptos necesarios para comprender tanto el panorama presente como las actuaciones de cada etapa por la que está trascurriendo el mildiu.
Contenido
¿Cuáles son las causas de los daños que está provocando el mildiu?
En el cultivo de vid la campaña 2025 está resultando compleja en buena parte de la geografía peninsular.
Las lluvias generosas que desde el mes de marzo han regado los viñedos y las tormentas que desde final de primavera y hasta el final de la primera quincena de julio han continuado cayendo, con granizo o sin él, han ido complicando el proceso evolutivo de la vid.
Tal y como se observa en campo y cómo se indica en la bibliografía científica, en este tipo de campañas las pérdidas por defoliación, necrosis, daños severos en racimos y hojas pueden alcanzar niveles catastróficos (Toffolatti et al. 2018, Koledenkova et al. 2022).
Esta expansión excepcional provocada por las diversas peculiaridades ambientales de esta campaña 2025 está poniendo en riesgo miles de hectáreas que progresivamente van sufriendo el efecto de este hongo.
¿Cuáles son las consecuencias actuales del mildiu?
A fecha de redacción de esta noticia, el mildiu (Plasmopara viticola) ya ha provocado la perdida de varias zonas vitivinícolas tanto porque históricamente esta enfermedad fúngica había sido inexistente o anecdótica, como Jerez, porque la intensidad y persistencia del mildiu no había sido conocida a estos niveles, como buena parte de Rioja, o porque era inconcebible que el mildiu expresara su resistencia y su virulencia al nivel al que está actuando, como es el caso de una extensión considerable de Rueda, Ribera del Duero, etc.
En el caso concreto de la Denominación de Origen de Ribera del Duero, el mildiu que comenzó afectando puntualmente en prefloración, ha continuado extendiéndose en floración, cuajado y hasta hoy, tamaño guisante, donde la situación ya resulta generalizada en áreas determinadas y cuya expansión, como mínimo, es preocupante.




Una auténtica pena encontrarnos con situaciones como las que veis en estas imágenes, con pérdidas de la práctica totalidad de la cosecha.



¿Cómo controlar el mildiu?
Lo primero que debemos indicar es que frente a un enemigo tan desafiante como el mildiu, es imprescindible que los viticultores sean proactivos, se informen, aprendan a identificar los primeros signos de la enfermedad y adopten programas de vigilancia y control ajustados a la climatología y a la susceptibilidad de las condiciones locales. Sólo así se puede minimizar el daño y garantizar la productividad del cultivo.
La experiencia aprendida en otras zonas, donde el mildiu es endémico y nuestros clientes son auténticos expertos en la materia, nos ha enseñado a estar muy pendientes de su avance e informar (al minuto) a los de las “zonas con menos experiencia” con esta enfermedad, acerca de su evolución, de qué se debe observar y de cuáles son las estrategias y programas concretos a seguir en cada etapa.
Hay tres razones por las que no estamos utilizando ningún fitosanitario de síntesis para el control de mildiu:
- Tenemos capacidad de controlar el mildiu mediante el uso de nuestros métodos y programas.
- Estos programas son adaptables con otros que puedan estar siendo utilizados.
- El uso de fitosanitarios de síntesis para el control de mildiu suele presentar resistencias de determinadas poblaciones de mildiu que obligan a verificar la efectividad de cada aplicación y, por supuesto, también exige la alternancia continua de las distintas sustancias activas permitidas (Nadalini 2025). Aspecto que, si bien no tiene demasiada trascendencia para el experimentado, si la tiene para el viticultor que “se pierde” entre revisiones y cambios de materias activas.
Los compuestos que utilizamos contienen diversas toxinas de microorganismos patógenos naturales del mildiu que son estables en el cultivo (y seguras para el medio ambiente). Su composición nos permite repetir aplicaciones para incrementar o mantener la carga de estas toxinas en la planta y, muy importante, no provocan, ni existen resistencias (comprobado mediante ensayos de reiteración de cada uno de los estabilizados de toxinas a lo largo del tiempo), puesto que su modo de acción sobre las hifas y la germinación del mildiu es tanto bioquímica como biofísica. Además nuestra empresa tiene la capacidad técnica de optimizar la expresión de este tipo de compuestos dentro de la planta, independientemente del estado fenológico, aspecto que favorece aún más su eficacia.
A día de hoy, el control que estamos ejecutando es pormenorizado y completo. Estamos protegiendo tanto el cultivo como su producción alternando y/o simultaneando toxinas de residuo 0 e inocuas con el medio ambiente, del mismo modo que lo hacemos en Galicia o Euskadi.


¿Por qué es tan grave el mildiu y cómo actúa?
Es importante comprender que las consecuencias del mildiu desarrollándose en el racimo no tienen nada que ver con las que genera el oídio. Mientras que el oídio actúa externamente y una vez que se encuentra en su fase sexual su expansión se realiza visiblemente en un plazo comedido, el mildiu actúa invadiendo el espacio que hay entre las células (intersticios) y, por tanto, su desarrollo se realiza de forma interna, sin signos destacados, hasta que el proceso comienza a observarse externamente, momento en el que probablemente su extensión sea muchísimo mayor que la que podamos ver (Koledenkova et al. 2022). Es precisamente por esto por lo que siempre debemos actuar de manera preventiva, adelantándonos a su desarrollo dentro de la planta. Cuando los síntomas externos aparecen, la infección interna suele estar ya muy avanzada, limitando las opciones de control.
El mildiu puede afectar no sólo a hojas y racimos, sino también a los pámpanos: si la enfermedad no se controla adecuadamente, puede llegar a generar problemas muy similares al daño del sistema vascular de la planta, puesto que el crecimiento del mildiu entre las células termina destruyendo los tejidos internos de los pámpanos. En este caso, el impacto no se limita a la cosecha del año, sino que puede comprometer la salud y la productividad de la vid durante varias campañas.
Por ello, la prevención es fundamental: los expertos insisten en que la vigilancia continua y el tratamiento anticipado son la clave para contenerlo.
Estrategias de erradicación del mildiu. Uso de nuevas tecnologías.
Frente a la situación de 2025, tan novedosa y sorprendente para muchos, en la que os habéis puesto en contacto viticultores que, por desconocimiento, inacción o exceso de confianza, ya no reclamáis prevenir, sino que necesitáis erradicar el “mildiu desbocado” de la parcela, nuestros equipos técnicos están empleando una combinación de estrategias para eliminar el mildiu, incluidas sustancias biotecnológicas ya utilizadas con éxito en la eliminación de otros hongos oomicetos tanto en vid como en otros cultivos en otras regiones españolas y europeas.
No obstante, incidimos: la prevención sigue siendo esencial, y la falta de actuaciones tempranas puede llevar a pérdidas difíciles de revertir.
Cuando la situación provocada por el mildiu es incontrolable, ¿qué hacemos en estos casos?
Si el mildiu no se controla, es decir, se deja por imposible, como os hemos indicado anteriormente, afectará de forma considerable a la madera más joven de la planta. Parece ser que el mildiu únicamente invade los espacios existentes entre las células de la planta, pero si este daño no es controlado eficazmente, llega a ser de tal dimensión que sus consecuencias son prácticamente idénticas a las que se pudieran observar cuando se afecta el sistema vascular sobre el que se va, o van, a desarrollarse la siguiente campaña. Es en ese momento cuando sus consecuencias dejan de ser anuales, y se trasladan al futuro, porque tiene la capacidad de destruir los pámpanos, la poda, y por tanto, afectar a la explotación y a la producción futura.
Ante esta situación, se requiere actuar para salvar las plantas, o sea la parcela. Aunque la cosecha haya desaparecido, se necesita actuar para evitar las consecuencias sobre la planta. Nuevamente recordamos que en absoluto nada tiene que ver oídio y mildiu.
Continuamos pendientes de la evolución de esta enfermedad.