Tuberculosis del olivo, roña del olivo, nudo del olivo (Pseudomonas savastanoi pv. oleae)
Bacterias
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Qué es la tuberculosis del olivo (Pseudomonas savastanoi)
La tuberculosis del olivo está provocada por la especie Pseudomonas savastanoi pv. oleae, también llamada Pseudomonas syringae pv. savastanoi, (Dye et al. 1982) y antiguamente incluida dentro de la especie Agrobacterium tumefaciens genera serios daños sobre el olivo.
La bacteria Pseudomonas savastanoi es Gram negativo, no esporulante, que contiene varios flagelos que le confieren movilidad.
Mediante diferentes mecanismos esta especie tiene una gran facilidad para transferir de unas bacterias a otras, distintos genes que pueden transmitir diversa información, entre ella la de resistencia a compuestos químicos como pueden ser los antibióticos (Janse 1982).
Pseudomonas savastanoi presenta 3 patovares que provocan excrecencias parecidas a verrugas y/o agallas parenquimáticas: la patógena del olivo (Olea europaea L.), Pseudomonas savastanoi pv. oleae, la patógena del fresno (Fraxinus excelsior L.), Pseudomonas savastanoi pv. fraxini y la patógena de la adelfa (Nerium oleander L. (Apocynaceae)) Pseudomonas savastanoi pv. nerii.
Esta enfermedad del olivo fue descrita por primera vez en el siglo IV por el filósofo griego Teophrastus. De gran importancia en el olivo, esta enfermedad ya fue definida ampliamente por el canónigo Giuseppe Maria Giovene en 1789.
Síntomas de la tuberculosis del olivo
Los principales síntomas de la tuberculosis del olivo son:
1.- A nivel de planta, formación de tumores, verrugas o excrecencias principalmente en tronco, ramas, tallos, brotes e incluso en hojas (Quesada et al. 2006), frutos y raíces (Smith 1908), pérdida de hojas, alteraciones en el flujo de savia, desecación de tallos, debilitamiento de la planta, incluso su muerte (Young 2000).
2.- A nivel de producción, sabores antialimentarios en la aceituna como amargos, rancios o salados, lo que provoca pérdida de calidad y con ello un precio inferior del aceite elaborado (Tjamos et al. 1993).

El desarrollo de las verrugas se debe a la producción, por parte de la Pseudomonas savastanaoi, de 2 hormonas vegetales: el ácido indolacético (AIA) y las citoquininas (Kosuge 1978, Comai y Kosuge 1980, Smidt y Surico et al. 1985, Iacobellis et al. 1994, Penyalver et al. 2000).
Una vez que Pseudomonas savastanoi pv. oleae llega a la planta, comienza a multiplicarse en el exterior de la superficie de tallos y hojas sin generar síntoma alguno (Ercolani 1978), incluso es capaz de sobrevivir como una epífita sobre la parte aérea del olivo (Ercolani 1971, Quesada et al. 2010).
A partir de este momento la bacteria puede penetrar en el interior del olivo a través de heridas, roturas (Marchi et al. 2009), e incluso desde las lenticelas y los estomas. Curiosamente, cuando Pseudomonas savastanoi pv. oleae entra vía lenticelas o estomas es incapaz de generar síntomas visibles (Surico 1993). Análogamente a Agrobacterium tumefaciens, Pseudomonas savastanoi pv. oleae necesita de los marcadores de herida (las señales liberadas desde las heridas por la planta) para activar la formación del tumor (Sheng y Citovsky 1996). Estas heridas pueden deberse a prácticas agrícolas inadecuadas como la recolección, la poda, labranza…, así como a fenómenos meteorológicos tales como el granizo o las heladas (Giovene 1789, Quesada et al. 2006).
La falta de de una adecuada desinfección de la maquinaria utilizada en la recolección de la aceituna, el uso de equipos sin protecciones que eviten roces y golpes, incluso el propio agua de riego, pueden actuar como vectores transmisores de esta bacteria patógena en el olivo.
La experiencia de ITC Calidad y Medio Ambiente ha ayudado a detectar la concomitancia de Pseudomonas savastanoi pv. oleae con diversas especies implicadas en las enfermedades vasculares, características de otras especies, en muchas parcelas de olivo con tuberculosis en el sur peninsular.
Si unimos a esto que la propia Pseudomonas savastanoi pv. oleae degrada el sistema vascular (Marchi et al. 2009, Rodríguez-Moreno et al. 2009, Maldonado-González et al. 2013), nos encontramos, nuevamente, ante una enfermedad sobre la que no podemos actuar sólo en su erradicación, sino que es necesaria la formación de tejido vascular nuevo. Precisamente por este aspecto, incluimos a esta bacteria en el Grupo de las Enfermedades Vasculares, se readaptaron los métodos de trabajo, incluyendo metodología tanto de tratamiento como de estudio, detección y valoración propias de otros cultivos. Esta observación nos ha permitido desarrollar planes de trabajo que engloban el control bactero – fúngico con éxito.

Este detalle nos vuelve a ratificar que el manejo técnico de un cultivo, definido como enfrentamiento a un único patógeno, muchas veces no es ni el camino directo, ni mucho menos el correcto, pues la interacción, el sinergismo y el efecto que una enfermedad puede provocar o aportar a otra, resulta clave en el manejo tanto de las patologías, como del cultivo en cuestión.
Añadamos que múltiples especies como Pantoea agglomerans (15 veces más numerosa en las agallas de olivo que la propia Pseudomonas savastanoi. La presencia de Pantoea agglomerans implica agallas más grandes [Fernandes y Marcelo 2002]), Erwinia toletana o Erwinia oleae aparecen la mayoría de las veces en la comunidad microbiana (microbioma) que genera Pseudomonas savastanoi pv. oleae (Buonaurio et al. 2015).

Síntomas de presencia
Sintomatología característica de la presencia de Pseudomonas savastanoi pv. oleae en olivo.
Cómo se cura la tuberculosis del olivo
En líneas generales se realiza la aplicación simultánea de 2 ó 3 compuestos con acción bactericida unido a un pack enzimático vegetal que actúa como coadyuvante. Unido a esto se utilizan diversos compuestos que permiten reducir tanto la sintomatología provocada por esta enfermedad como mejorar las condiciones del entorno donde crecen las plantas.
El control de Pseudomonas savastanoi pv. oleae, comienza mediante la valoración y análisis técnico dirigido de varias plantas en la parcela.
Posteriormente se desarrolla un Plan de Trabajo adaptado a los resultados anteriores.

El Programa Curativo para el control de la Tuberculosis del olivo se realiza en 2 etapas:
1.- Desde la fase de Inicio de floración tanto al suelo, a través del sistema de riego, como en aplicación foliar (dirigido al conjunto de la parte aérea de la planta).
2.- Desde inicio de las lluvias otoñales y hasta el momento concreto de post-cosecha dirigido a las hojas, si bien, en algunos casos, también se dirige al suelo.
El proceso de curación requiere de nuestra experiencia y del traslado de la misma al equipo que va a trabajar día tras día con el cultivo. Si vas a iniciar el proceso de Tratamiento debes contactar con mi empresa para que te asesore personalmente en el procedimiento concreto y específico a realizar en tu caso.
A nivel general, y de manera cronológica, se resume en los siguientes puntos
- Recopilar información relativa al cultivo, análisis patológico, nutricional…, infraestructura, características de la planta, origen, histórico de parcela… mediante entrevista con el responsable de campo y la propiedad.
- Programación de visita de campo en la que se analizan y valoran diversos aspectos del cultivo como distribución, intensidad del daño, peculiaridades, sinergismos, comparativas entre patrones, entre inter- e intraclon, etc.
- Definir grado de afectación, estado sanitario del cultivo, interacción con otras patologías, … y traslado de conocimientos específicos al personal que va a gestionar el Plan de Trabajo en el cultivo.
- Estudio del caso y presentación de propuesta concreta de trabajo, prescripción de recomendaciones, definición de hitos relevantes a lo largo del proceso y formación técnica de los detalles a controlar tanto por la propiedad como por el personal que gestiona el cultivo.
- Seguimiento temporal y valoración de la evolución para comprobar el ritmo de curación, realización de posibles modificaciones en el procedimiento y/o determinar el cambio del Plan de Curación al Plan de Mantenimiento.

El Programa Curativo se realiza con mediana frecuencia y elevada intensidad para así garantizar la erradicación más rápida posible, limitando el crecimiento bacteriano e induciendo la creación de tejido vascular nuevo.
A nivel de parcela las aplicaciones se realizan sobre el área afectada, siendo muy recomendable el tratamiento de la parcela al completo por 2 razones:
1.- El ataque de estas especies bacterianas se produce bajo condiciones adversas para el cultivo y por tanto es proclive a expandirse al conjunto de los individuos con extrema rapidez.
2.- Se ha observado presencia de Pseudomonas savastanoi en el interior de tallos con ausencia total de síntomas (Penyalver et al. 2000), por tanto, no se puede concluir que aquellas plantas sin tumores están libres de enfermedad.
El lugar desde donde penetra la bacteria a la planta y la presencia de los “marcadores de herida” sabemos que son determinantes a la hora de dictaminar las consecuencias de la tuberculosis.
Tras provocar la parada en el desarrollo bacteriano, en la que ya no es significativa la presencia de bacterias en crecimiento, la metodología consiste en la realización del Programa Preventivo o de Mantenimiento.
Debido al ciclo bacteriano se hacen necesarios los tratamientos de mantenimiento para de esta forma evitar la re-introducción en la planta de futuras bacterias (Marchi et al. 2009), bien procedentes de la propia parcela, de las colindantes, como de la maquinaria utilizada como tijeras, equipos de labranza, maquinaria de recolección, etc.
Estos Programas de Trabajo son compatibles con la mayoría de aplicaciones y laboreos tradicionales, pero es determinante que sean validadas por el equipo técnico, pues algunas son antagónicas con un estado sanitario que evite la reinfección de Pseudomonas savastanoi pv. oleae. además de determinar la capacidad de respuesta a estos compuestos de la planta.

Resultados del tratamiento contra la tuberculosis del olivo
Los resultados obtenidos mediante la aplicación de los tratamientos programados con estos componentes demuestran la capacidad y eficacia para tratar esta enfermedad bacteriana provocada por Pseudomonas savastanoi pv. oleae.
A nivel de planta, las principales observaciones tras el Programa Curativo es la Triple Respuesta Vegetal:
1.- Ausencia de daños provocados por Pseudomonas savastanoi pv. oleae en ninguna estructura vegetal (flores, frutos, brotes y hojas) desde el momento en el que se produce la parada del decaimiento vegetal.
2.- Creación acelerada de tejido vascular que implica el incremento tanto en la cantidad de brotes como en su calidad, unido al llenado de “ventanas” en los tallos del olivo con sintomatología de la enfermedad de Pseudomonas savastanoi pv. oleae, provocado por la inducción de yemas latentes.
3.- Desecación y aislamiento vascular de las verrugas de la tuberculosis del olivo.
A nivel del patógeno bacteriano, la primera observación tras cumplir el plan de trabajo, es la necrosis del área tumoral, es decir de las verrugas provocadas por la tuberculosis del olivo, y la consiguiente desecación del propio tumor bacteriano.
La desecación de las verrugas está provocada por tres aspectos:
.- La muerte de Pseudomonas savastanoi pv. oleae.
.- La destrucción de las estructuras tumorales.
.- La parada en el aporte de savia y nutrientes desde la planta huésped.
Una vez que se produce la desecación de las verrugas, estas tumoraciones se pueden separar con facilidad del tejido vegetal anexo, lo que indica con claridad la muerte y desaparición de la bacteria. Una vez separada la verruga, los tejidos vegetales aparecen bien estructurados, asintomáticos y libres de exudados que puedan provocar reinfecciones.

Debido a la virulencia de Pseudomonas savastanoi pv. oleae y las alteraciones sustanciales que provoca sobre el sistema vascular circundante, tal y como se menciona en la metodología posterior al control de la enfermedad, es obligatoria la aplicación de tratamientos de mantenimiento que permitan la renovación del tejido vascular.
