Granizo, Pedrisco, piedra…

Climatología

Qué daños provoca el granizo sobre los cultivos

 El granizo, piedra o pedrisco, según la zona donde nos encontremos, es uno de los daños climatológicos que más rápidamente puede mermar tanto la producción como la calidad del cultivo.

 El granizo provoca desde ligeras roturas en las hojas y/o fruta hasta la destrucción total del cultivo.

Estos daños generan en la planta una serie de heridas que, para continuar la fase vegetativa, la planta «dedica» a curar el resto de la campaña (Stafne 2014). Unido a esto, las heridas implican la exposición, al exterior, de diversas partes de la planta, lo que provoca el incremento en las posibilidades de infecciones tanto de hongos como de bacterias (de manera destacada Agrobacterium sp.).

 Esta «inversión» que la planta dedica a subsanar los daños provocados por granizo conlleva dirigir parte de su energía a esas zonas dañadas: un porcentaje variable de azúcares dejan de dirigirse al crecimiento o a la acumulación en el fruto y son «invertidos» en curar las heridas (Krstic et al. 2014).

 De forma tradicional, tras el granizo, el agricultor realiza diversos tratamientos sintomatológicos mediante el uso de secantes, fungicidas, abonos foliares, aminoácidos… que provocan ciertas respuestas en la planta como el secado de heridas, activación metabólica foliar debido a la disponibilidad rápida de ciertos compuestos nitrogenados (tanto orgánicos como inorgánicos) y la protección externa frente a determinadas especies fúngicas (Whiting 2012).

Evolución con método tradicional

En las siguientes imágenes se puede observar el daño que provoca el granizo en diversas parcelas. Desde el daño que se arrastra a la siguiente campaña, al daño durante la fase de crecimiento y tras el enverado de la madera. Con consecuencias sobre el sistema vascular y las fibras de sostén de los pámpanos.

Puede leerse en la parte inferior de cada una de las imágenes las observaciones a destacar.

Ir a plantas tratadas

El daño provocado por granizo y la búsqueda de su curación (o subsanación del daño), cuando se analiza en profundidad se observa que requiere, aparte de la protección contra diversas enfermedades, la renovación de los tejidos, es decir, volver a tener tejidos sanos, viables, en funcionamiento, de la forma más rápida posible, para que de esta forma la planta no invierta durante un largo tiempo (en realidad hasta la alcanzar la parada vegetativa) los azúcares y demás macro- y micromoléculas que tan necesarios son para la correcta evolución tanto del fruto como de la propia planta (Whiting 2012, Krstic et al. 2014).

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Cómo se curan los daños del granizo

 La metodología contra el granizo tiene como destino la cicatrización de las heridas, la recuperación de los tejidos dañados (renovación de tejidos) y la protección frente a patógenos fúngicos y bacterianos.

Tratamiento

Las aplicaciones se realizan mediante el uso simultáneo de un pack enzimático vegetal, que actúa sobre los meristemos (primarios y secundarios), y de un compuesto con acción fungicida y bactericida, diseñados para optimizar tanto su movilidad descendente como su movilidad a través del parénquima asociado a los tejidos vasculares. Gracias a este tratamiento se consigue una triple respuesta: la activación del crecimiento (véase la Respuesta a los tratamientos en el Control de las Enfermedades de la Madera) la mejora de la movilidad (ver video explicativo) y la formación acelerada de tejido vascular nuevo (mejora de la calidad del brote):

Este Tratamiento se realiza con elevada frecuencia e intensidad para:

  •  A) Mejorar la acción fungicida y bactericida, limitar la viabilidad de las hifas y la creación de esporas para evitar así, la reinfección y/o propagación de los hongos.
  • B) Activar la movilidad de savia y por tanto mejorar la disponibilidad de compuestos necesarios para el crecimiento y equilibrio vegetal: tanto desde la raíz (inorgánicos y citoquininas), como desde las áreas fotosintéticamente activas (fuente de la mayoría de macromoléculas orgánicas). Estos compuestos vegetales son imprescindibles para la síntesis organizada de tejidos en las zonas dañadas por el granizo.
  • C) Activar el crecimiento de tejidos dañados (principalmente vasculares).

 Este tratamiento se realiza desde el mismo momento en el que la parcela sufre el daño por granizo. Posteriormente, se repite la aplicación modificando dosis transcurridos 7-10 días (según intensidad del daño).

 En aquellas parcelas que han sufrido un daño intenso o bien el estado fisiológico en el momento del daño, o inmediatamente posterior al daño, es más delicado (brotación, floración, engrosamiento del fruto…), pude ser necesaria la repetición de la aplicación durante 3, 4 ó incluso 5 veces.

 Debido a que generalmente el granizo viene acompañado con lluvias, y por tanto se producen encharcamientos e inundaciones, los sistemas de tratamientos automatizados como aspersión, microaspersión, nebulización (contactar para más información) son recomendables para realizar estas aplicaciones en las parcelas dañadas por granizo, pues es una forma de poder realizar tratamientos tempranos y de manera rápida sobre el conjunto del área dañada.

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Cuando el daño por granizo se produce durante los estadios iniciales del cultivo (desde brotación hasta floración, o viceversa), puede añadirse a este tratamiento, protectores y/o inductores de floración que van a permitir la protección y/o formación de nuevo de flores, racimos, inflorescencias… para de esta forma conseguir:

1.- La protección de la cosecha no dañada o con daños no relevantes.

2.- La síntesis y transformación de tejidos que provocan, según cultivo, nuevas floraciones o transformación de órganos estériles en órganos sexuales (flores).

En las siguientes imágenes se puede observar la respuesta a esta inducción de floración. Puede leerse en la parte inferior de cada una de las imágenes las observaciones a destacar.

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Resultados del tratamiento curativo del daño del granizo

 1.- La renovación de los tejidos y por tanto la regeneración de los vasos que permiten mover la savia provocan, a su vez, el incremento de la movilidad de los compuestos con acción fungicida y bactericida aplicados.

 En el siguiente vídeo comprobamos la eficacia de esta metodología en la regeneración de tejidos tras el daño provocado por granizo.

Tratamiento curativo del granizo.

Cicatrizado de pámpanos y racimos

El uso de esta metodología permite generar tejido nuevo a un ritmo muy superior al que la planta produce en condiciones normales, de esta forma se consigue el curado de las heridas gracias al cicatrizado de las mismas. La formación de tejidos es independiente al órgano dañado. Está provocado por la reactivación de la movilidad de savia y la aceleración en la síntesis tisular.

¿Cómo actúa el tratamiento con estos componentes sobre la planta? Cicatrizado perfecto de las heridas a nivel interno y total renovación del sistema vascular dañado.

¿Cómo actúa el tratamiento con estos componentes sobre la planta? Cicatrizado perfecto de las heridas a nivel interno y total renovación del sistema vascular dañado.

 2.- Es clave realizar la primera aplicación con la mayor prontitud posible, es decir, si la primera aplicación de estos compuestos se realiza trascurridos 3 días desde la caída del granizo, la respuesta a estos compuestos es menor que si se realizara al 1º ó 2º día del daño. Este motivo es el que ha obligado a rediseñar los compuestos utilizados para que también puedan ser aplicados mediante sistemas automáticos de tratamiento instalados en la parcela: aspersión, microaspersión, nebulización…

 3.- Esta metodología es eficaz tanto para la recuperación del daño (a nivel de tallos, hojas y fruto) como para el control de las diversas enfermedades que aparecen tras el granizo.

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En las siguientes imágenes se puede observar la respuesta vegetativa cuando la parcela dañada por granizo es tratada mediante esta metodología. Desde la formación incipiente de la cicatriz (provocado por la activación del felógeno) hasta el completo cerrado y curado de los golpes provocados por el granizo (conseguido por activación del cámbium).

Puede leerse en la parte inferior de cada una de las imágenes las observaciones a destacar.

En equipos sin pantalla táctil acerque el cursos sobre las imágenes para realizar zoom.

Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que trascurridos 12 días desde la primera aplicación las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz. No sólo en la superficie del pámpano sino también sobre el pedúnculo y raquis del racimo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que trascurridos 12 días desde la primera aplicación las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz. No sólo en la superficie del pámpano sino también sobre el pedúnculo y raquis del racimo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que trascurridos 12 días desde la primera aplicación las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que trascurridos 12 días desde la primera aplicación las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que trascurridos 12 días desde la primera aplicación las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz. No sólo en la superficie del pámpano sino también sobre el pedúnculo y raquis del racimo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que trascurridos 12 días desde la primera aplicación las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz. No sólo en la superficie del pámpano sino también sobre el pedúnculo y raquis del racimo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la intensidad del daño.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la intensidad del daño.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema, con plena movilidad de savia a través de la cicatriz; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes).
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema, con plena movilidad de savia a través de la cicatriz; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología).
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema, con plena movilidad de savia a través de la cicatriz; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes).
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema, con plena movilidad de savia a través de la cicatriz; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología).
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese este entrenudo. Debido a la trayectoria del granizo, en la parte inferior se presenta un engrosamiento de los vasos provocado por el efecto de los enzimas utilizados en la primera aplicación de fitofortificantes. A partir de este engrosamiento se crea la cicatriz (y con ella los nuevos vasos que mueven savia) que a su vez nutre a los siguientes vasos inmediatamente superiores. Así hasta la reconexión completa.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese este entrenudo. Debido a la trayectoria del granizo, en la parte inferior se presenta un engrosamiento de los vasos provocado por el efecto de los enzimas utilizados en la primera aplicación de nuestra metodología. A partir de este engrosamiento se crea la cicatriz (y con ella los nuevos vasos que mueven savia) que a su vez nutre a los siguientes vasos inmediatamente superiores. Así hasta la reconexión completa.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la grave intensidad del daño.
La regeneración de unas heridas permite el curado de las contiguas.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la grave intensidad del daño. La regeneración de unas heridas permite el curado de las contiguas.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la grave intensidad del daño.
La regeneración de unas heridas permite el curado de la contigua.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la grave intensidad del daño. La regeneración de unas heridas permite el curado de la contigua.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la grave intensidad del daño.
La regeneración de unas heridas permite el curado de la contigua.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar el correcto enverado del pámpano pese a la grave intensidad del daño. La regeneración de unas heridas permite el curado de la contigua.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar que debido a la fuerza del golpe provocado por el granizo, si bien la herida no es extensa sí lo es en profundidad; aún así la curación es tridimensional, cubriéndose de dentro hacia afuera.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar que debido a la fuerza del golpe provocado por el granizo, si bien la herida no es extensa sí lo es en profundidad; aún así la curación es tridimensional, cubriéndose de dentro hacia afuera.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar que debido a la fuerza del golpe provocado por el granizo,  la herida es profunda; aún así por ser la curación tridimensional, se cubre y rellena completamente de dentro hacia afuera.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar que debido a la fuerza del golpe provocado por el granizo, la herida es profunda; aún así por ser la curación tridimensional, se cubre y rellena completamente de dentro hacia afuera.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con fitofortificantes). Destacar que debido a la fuerza del golpe provocado por el granizo, la herida es profunda; aún así por ser la curación tridimensional, se cubre y rellena completamente de dentro hacia afuera.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta metodología. Obsérvese que cuando llega el envero las heridas están totalmente cubiertas por una cicatriz, sin desecación del floema; tampoco hay exposición del xilema (tal y como se observaba en las no tratadas con nuestra metodología). Destacar que debido a la fuerza del golpe provocado por el granizo, la herida es profunda; aún así por ser la curación tridimensional, se cubre y rellena completamente de dentro hacia afuera.

4.- Sobre el fruto la aplicación de estos compuestos provoca el curado del racimo. Debemos explicar aquí que, a diferencia de los tratamientos tradicionales con secantes, en los cuales, aquella baya golpeada sufriría el secado físico de la herida en «ese momento» (y por tanto, posteriormente, cuando el fruto engruesa, se abre), mediante la aplicación de esta técnica se produce el curado de la herida, es decir, la formación de tejido que cierra la herida (impidiendo la entrada de patógenos) e incrementa su resistencia a la tensión (impidiendo su reventado – ver aquí).

 Sobre el racimo y según la intensidad del daño de cada baya, ocurre que:

Esta respuesta diferencial permite proteger la fruta (el racimo) de daños futuros provocados cuando el grano está enverado: es el caso de la botritis en cualquiera de sus facetas (Pérez de Obanos Castillo 2001, Whiting 2012) o el daño provocado por insectos (avispas).

 5.- Cuando el daño provocado por el granizo se produce en estadios tempranos, es factible la inducción de flores mediante compuestos específicos de nuevo en el cultivo. Este efecto permite alcanzar producciones superiores a las conseguidas sin aplicar estos productos.

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En las siguientes imágenes se pueden observar cómo la aplicación de esta metodología actúa sobre el fruto. Desde el desecado de los más dañados, el cicatrizado del resto de bayas,  hasta la correcta evolución de los granos afectados por el daño ocasionado por el granizo.

Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos compuestos provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado del pedúnculo y por tanto se permite mantener el flujo adecuado de savia para la correcta evolución del grano.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos productos provoca el cicatrizado del pedúnculo y por tanto se permite mantener el flujo adecuado de savia para la correcta evolución del grano.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren el secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos compuestos provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren el secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos productos provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de nuestra metodología provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente al igual que el cicatrizado del raquis dañado, impidiendo de esta forma la pérdida de los granos conectados a esa porción del racimo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de esta metodología provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente al igual que el cicatrizado del raquis dañado, impidiendo de esta forma la pérdida de los granos conectados a esa porción del racimo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren el secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de nuestra metodología provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren el secado completo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el secado completo de aquellos granos dañados gravemente, al igual que el cicatrizado del pedúnculo dañado.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de esta metodología provoca el secado completo de aquellos granos dañados gravemente, al igual que el cicatrizado del pedúnculo dañado.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de esta metodología provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo. Cabe destacar que aquellas bayas con cicatriz no supuran en ningún momento hasta su recolección.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de esta metodología provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo. Cabe destacar que aquellas bayas con cicatriz no supuran en ningún momento hasta su recolección.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de estos fitofortificantes provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo, inclusive perdiendo la piel. Cabe destacar que aquellas bayas con cicatriz no supuran en ningún momento hasta su recolección.
Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con esta técnica. Obsérvese que sobre el racimo la aplicación de esta metodología provoca el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo, inclusive perdiendo la piel. Cabe destacar que aquellas bayas con cicatriz no supuran en ningún momento hasta su recolección.
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En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que sobre el racimo, tras 12 días de la aplicación de estos fitofortificantes (cerrado del racimo, estado L), se consigue  el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
﷯ En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con nuestra metodología. Obsérvese que sobre el racimo, tras 12 días de la aplicación de estos compuestos (cerrado del racimo, estado L), se consigue el cicatrizado de aquellos granos dañados leve o moderadamente, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas sufren su secado completo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que sobre el racimo, tras 21 días de la aplicación de estos fitofortificantes  (inicio de envero, estado M1), aquellos granos dañados leve o moderadamente están cicatrizados, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas están secas por completo, inclusive con el pincel (pezón) libre debido a la escisión de la baya del racimo.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con nuestra metodología. Obsérvese que sobre el racimo, tras 21 días de la aplicación de estos compuestos (inicio de envero, estado M1), aquellos granos dañados leve o moderadamente están cicatrizados, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas están secas por completo, inclusive con el pincel (pezón) libre debido a la escisión de la baya del racimo.
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En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con fitofortificantes.
Obsérvese que sobre el racimo, tras 83 días de la aplicación de estos fitofortificantes (vendimia, estado N), aquellos granos dañados leve o moderadamente (derecha) están cicatrizados, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas se secaron completamente, inclusive desapareciendo la pulpa y perdiendo la piel (izquierda).
Aquellas bayas con cicatriz no supuran en ningún momento hasta su recolección.
Tampoco se observan reventados de la baya provocados por la sobrehidratación.
En detalle: Parcela afectada por granizo entre cuajado (estado J) y tamaño guisante (estado K) tratada con nuestra metodología. Obsérvese que sobre el racimo, tras 83 días de la aplicación de estos productos (vendimia, estado N), aquellos granos dañados leve o moderadamente (derecha) están cicatrizados, mientras que aquellas bayas gravemente dañadas se secaron completamente, inclusive desapareciendo la pulpa y perdiendo la piel (izquierda). Aquellas bayas con cicatriz no supuran en ningún momento hasta su recolección. Tampoco se observan reventados de la baya provocados por la sobrehidratación.

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Cronología de la curación del granizo:

Respuesta transcurridos 12 días

A continuación se presenta un vídeo en el que se observan las primeras respuestas que el Tratamiento curativo genera en una parcela de vid afectada por granizo. Este vídeo está realizado 12 días después del daño – 10 días después del primer tratamiento:

Tratamiento curativo del granizo.

Inicio de la respuesta al tratamiento

Primeras respuestas que el Tratamiento curativo utilizado genera en una parcela de vid afectada por granizo.

Observaciones realizadas 12 días después de la granizada - 10 días después de la aplicación.

Observaciones realizadas 12 días después de la granizada – 10 días después de la aplicación.

Ver en YouTube

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Respuesta transcurridos 90 días

En el siguiente video se presentan las respuestas al tratamiento 90 días después del pedrisco tanto sobre el pámpano como sobre el racimo. Las imágenes se corresponden a días previos a la vendimia y se pueden observar las conclusiones descritas en esta página :

Tratamiento curativo del granizo.

Respuesta al tratamiento en sarmiento y racimo

Momentos previos a la vendimia. Aplicación del Tratamiento curativo desarrollado.

Observaciones realizadas 90 días después de la granizada. 88 días depués de la aplicación.

Observaciones realizadas 90 días después de la granizada. 88 días depués de la aplicación.

Ver en YouTube

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En el siguiente video se explica visualmente cómo actúa este tratamiento sobre la planta en su conjunto. Se puede observar el cicatrizado de las heridas y cómo el curado de estas heridas es perfecto a nivel interno, pudiéndose comprobar la total renovación del sistema vascular dañado por el episodio de granizo.

Tratamiento curativo del granizo.

Resultado al tratamiento en sarmientos enmaderados

El uso de esta metodología permite generar tejido nuevo a un ritmo muy superior al que la planta produce en condiciones normales, de esta forma se consigue el curado de las heridas gracias al cicatrizado de las mismas. La formación de tejidos es independiente al órgano dañado. Está provocado por la reactivación de la movilidad de savia y la aceleración en la síntesis tisular.

¿Cómo actúa el tratamiento con esta metodología sobre la planta? cicatrizado perfecto de las heridas a nivel interno y total renovación del sistema vascular dañado.

¿Cómo actúa el tratamiento con esta metodología sobre la planta? cicatrizado perfecto de las heridas a nivel interno y total renovación del sistema vascular dañado.

Ver en YouTube

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Respuesta en momento previo a la recolección

En el siguiente vídeo se presentan las respuestas al tratamiento contra el daño generado por granizo 2 días antes de la vendimia (100 días tras el granizo). Las imágenes se corresponden al momento de vendimia, centrándose las observaciones al efecto que el cicatrizado obtenido provoca sobre los granos afectados por el pedrisco:

Tratamiento curativo del granizo.

Respuesta al tratamiento en racimo y baya

Días antes del inicio de la vendimia. Aplicación del Tratamiento curativo desarrollado. Obsérvese la selección que se produce de forma natural, cicatrizando granos válidos y desecando los inviables.

Observaciones realizadas 100 días después de la granizada. 2 días antes de la vendimia.

Observaciones realizadas 100 días después de la granizada. 2 días antes de la vendimia.

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En el siguiente vídeo se realizan las mediciones necesarias para determinar qué características presentan los granos dañados por granizo que han sido tratadas con nuestra metodología descrita. El momento de realizar estas mediciones ha sido el de vendimia. En este vídeo se realizan mediciones de resistencia a la rotura en granos sanos (dentro de la parcela afectada por pedrisco), en granos afectados por granizo y en la propia cicatriz creada tras la aplicación de esta metodología. A diferencia de los resultados obtenidos mediante el uso de secantes, se observa cómo el grano afectado tiene idénticas características biofísicas al grano sano, es decir, al grano no dañado (revienta con la misma presión) y de manera palpable, se puede comprobar cómo la aplicación de esta metodología consigue unas características de cicatriz únicas, con una resistencia al reventado muy superiores a las del resto del hollejo, característica imposible de conseguir con cualquier otra metodología aplicada en parcelas dañadas por el pedrisco:

Tratamiento curativo del granizo.

Respuesta biofísica de la baya al tratamiento

Momento de vendimia. Aplicación del Tratamiento curativo desarrollado. Obsérvese que los granos que se mantienen, es decir, los válidos presentan las mismas características de dureza que los no dañados.

Observaciones realizadas en plena vendimia.

Observaciones realizadas en plena vendimia.

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¡La CLAVE en la curación del granizo: Generar tejidos nuevos!

En el siguiente vídeo se realiza una comparativa explicando qué es la Renovación de Tejidos. Tal y como se expone en los vídeos anteriores específicamente sobre la curación de las heridas provocadas por el granizo, los viñedos afectados por Enfermedades de la Madera responden de manera similar a los tratamientos específicos para tal fin: regenerando su sistema vascular dañado por los diversos patógenos de la madera y por tanto «renovándose» la planta afectada:

Tratamiento curativo del granizo.

Regeneración de tejidos nuevos

El uso de esta metodología permite generar tejido nuevo a un ritmo muy superior al que la planta produce en condiciones normales: paralelismo de parcelas tratadas con nuestra metodología contra Enfermedades de la madera y parcelas tratadas con nuestra metodología afectadas por daños provocados por granizo. La formación de tejidos está provocado por la reactivación de la movilidad de savia y la aceleración en la síntesis tisular.

Regeneración de tejidos en plantas afectadas.

Regeneración de tejidos en plantas afectadas.

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En el siguiente vídeo se expone, esquemáticamente, en qué consiste el Sistema Automatizado de Tratamientos, de manera particular, en el tratamiento de parcelas afectadas por granizo. En esta secuencia de imágenes se puede comprobar la sencillez con la que se trabaja mediante este sistema que, desarrollado por ITC Calidad y Medio Ambiente, permite el tratamiento rápido y eficaz de cultivos. Esta metodología de trabajo realiza la aplicación de los productos en su dosis recomendada, en el momento oportuno y bajo una serie de premisas técnicas que conllevan unos resultados acordes a las necesidades del cultivo en particular.

Debemos destacar que, a petición del cliente, la aplicación de esta tecnología no requiere de intervención humana y por tanto, la minimización de costes, la eliminación del error humano y la reducción de la inversión en maquinaria, implican el incremento de la eficiencia de la explotación.  La posibilidad de realizar aplicaciones incluso bajo condiciones de encharcamiento, periodos prolongados de lluvias, etc. permite tener cubiertas las necesidades del cultivo en todo momento, eliminando problemas como el mildiu, botritis, etc., sin que la climatología y/o las condiciones del campo sean los elementos que imposibiliten las labores de tratamiento y por tanto la reducción en el beneficio económico de la explotación:

Tratamiento curativo del granizo.

Técnica de automatizado de tratamientos

La aplicación de esta tecnología no requiere de intervención humana. La posibilidad de realizar aplicaciones incluso bajo condiciones de encharcamiento, periodos prolongados de lluvias, etc. permite tener cubiertas las necesidades del cultivo en todo momento, eliminando problemas como hielo, mildiu, botritis, etc.

Automatismos para el tratamiento en parcelas agrícolas.

Automatismos para el tratamiento en parcelas agrícolas.

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Si tienes unos segundos, nos encantaría que expresaras tu opinión sobre este trabajo:

Krstic M, Essling M, Singh L 2014 Managing grapevines post hail  En: http://www.mvwi.com.au/items/651/Hail%20Damage%20Fact%20Sheet.pdf 

Pérez de Obanos Castillo JJ 2001 Enfermedades fúngicas más frecuentes en los viñedos españoles En: Vida Rural 124 pp. 50-54 http://www.magrama.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/revistas/pdf_vrural/Vrural_2001_124_50_54.pdf 

Stafne E  2014 Hail damage on grapes En: https://www.extension.org/pages/31598/hail-damage-on-grapes#.VMtfcy4pDcs 

Whiting J 2012 Recovery from Hail Damage – Grapevines En: http://www.depi.vic.gov.au/agriculture-and-food/horticulture/wine-and-grapes/recovery-from-hail-damage-grapevines

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